viernes, 16 de noviembre de 2012

Neoliberalismo en Venezuela

Gobierno de Carlos Andrés Pérez y el paquete neoliberal

 

     La nueva llegada al poder de Carlos Andrés Pérez en febrero de 1989, después de su triunfo electoral marcó una era de profundos cambios en el quehacer de la política nacional. Se le podría nombrar como el período en el cual renació la voz de una población silenciada por los efectos de una política partidista y clientelar que experimentaría el fin de su eficacia.

     Su discurso político se hablaba ahora en lenguaje técnico puesto que fue elaborado por expertos economistas que conformarían el tren ejecutivo. El control de la inflación requería entonces una fuerte contracción de la demanda mediante la restricción de la liquidez para equilibrar la balanza comercial de las finanzas públicas era menester reducir el gasto público e incrementar la recaudación tributaria.

     Proponía todo un esquema coherente pero lejos de la realidad ya que la población venezolana estaba en pleno proceso de empobrecimiento y acostumbrada a la demagogia clientelar y proteccionista. El ruido que producía este discurso entre la población fue decisivo a la hora de comprender la implantación de las medidas. Inmediatamente después de anunciarse el aumento de la gasolina, el día 27 de febrero de 1989 la ciudad de Caracas experimentó una de las revueltas populares más impresionantes del siglo XX en Venezuela. Aquello que comenzó como una jornada de disturbios estudiantiles se convirtió inmediatamente en una protesta generalizada: horda de personas salieron a las calles y arremetieron violentamente contra los comercios, saqueándolos, y contra cualquier cosa que simbolizara para la población el causante de su situación de descontento.

     Los acontecimientos se extinguieron por algunas ciudades cercanas a la capital como Guarenas, Los Teques, Maracay y Valencia y se prolongaron hasta el día 28 cuando se declaró toque de queda y se suspendieron las garantías constitucionales del libre tránsito.Las acciones represivas por parte del estado fueron inmediatas e implacables y se prolongaron durante mucho más días de los que duraron los saqueos: hasta que finalizaron las medidas de toque de queda y de suspención de garantías.

     Las pérdidas económicas resultaron incuatificables: Comercios y centros resultaron devastados, se hallaron fosas comunes y hasta la actualidad no se sabe exactamente el número de muertos en ese entonces, además, la imagen de CAP salió afectada quien nunca pudo recuperarse del golpe.


     Al igual que el gobierno de Carlos Andrés Pérez, se cataloga como neoliberal el gobierno de Rafael Caldera por ser falso revolucionario, quien ocultó su fracaso en la generación de empleos estables, seguridad, buenos servicios públicos o en el combate de la corrupción, con supuestos planes de magnicidio o el llamado a una guerra asimétrica en contra de un gobierno imperialista, dejando una gran deuda externa que CAP sólo hizo más grande en vez de eliminarla como prometió antes de ganar las elecciones (1989).

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